viernes, 9 de noviembre de 2007

Entre Pares


Hacía un montón de tiempo que esperaba el ciclo de encuentros de conversación grupal con otros “hombres de gay andar” en una organización no gubernamental que he frecuentado desde hace cinco meses aproximadamente. Para ser más preciso, estoy medio hastiado de la impersonalización cibernética de ponerme en una vitrina y que de ella, en un afán por hacer contacto con las personas reales que existen tras el PC, emanen mayoritariamente primeras y finales citas con un universo de “encuestadores sociales” y “señores inquisidores” (esto es, salvo un par de excepciones) que a la fecha a lo único que se han remitido es a acotar en la delimitación de mi rumbo con su respectivo norte y horizonte a seguir… y asombrosamente hasta en la cuantía patrimonial (¡plop! me han llegado esos pastelazos)… Como si de esas respuestas se pudiera extraer la exacta radiografía con la cual conformar el diagnóstico de la persona que tienes al frente. Demasiado poco para mí a decir verdad, y no es precisamente porque no tenga esbozado mi incipiente proyecto con su carta de navegación, sino porque creo que de una primera aproximación o cita aparte de la química que pudiera surgir – si es que la hubiese-, siempre debe existir otro tipo de aspectos a considerar que enriquezca, motive, o justifique una conversación.

Hoy dialogué con una persona, una chica simpatiquísima, una estudiante de psicología (a quien ya puedo considerar más que conocida, casi como una hermana) acerca del principio de la identidad homosexual y de cómo la integración de aquella a nuestras vidas necesariamente pasa o se remite en nuestra realidad nacional por el choque frontal o diametral que uno pueda dar con el paradigma heterosexual imperante. De esa “colisión brutal” o “escapada milagrosa” surgen los grandes o pequeños dramas personales que finalmente coartan cual más cual menos el intento de asumirte plenamente. Lo deseable y saludable sería que la vida de todo hombre independiente de su opción sexual fuese un tránsito feliz por mundo, un tránsito sano, exento de paradigmas y de referentes socioculturales…un tránsito sin tanta cavilación entre asumirse a la luz y amplitud del espacio público, o ante la oscuridad y “falsa seguridad” que otorga el ropero de las vestimentas vedadas. En todo caso y estando en la mitad del camino, creo estar más inclinado hacia la claridad y a los espacios abiertos.

Volviendo al inicio del ciclo de charlas, descubrí en aquellas que existen personas más que estar comprometidas con la reivindicación de los derechos de hombres homosexuales (no sé si ese es el término correcto, al menos es mejor que el manoseado estereotipo “causa gay”), lo están consigo mismos, con sus parejas, con sus familias…con el circuito de seres humanos que han decidido relacionarse. Sé que esta primera opinión puede sonar muy, muy e idealistamente ingenua, precipitada (¡bah! ¡qué más da inclusive si estoy opinando con el motor de la emoción!) lo cierto es que estos coloquios vienen a satisfacer con creces una necesidad personal de verme contrastado o reflejado en los espejos de las vivencias de otros pares. La verbalización de aquellas por un interlocutor real, es una experiencia única e irrepetible que no tiene correlato, como el cine o la literatura.

Prejuicios más, prejuicios menos ha sido un aprendizaje experimental intensivo de despojo de aquellos, una instancia de tolerancia, de entrega verdadera, y de bofetadas valóricas que no hacen sino fomentar la corrección de las abundantes zonas erróneas que por falta de referente sin proponérmelo y de forma inconciente a veces me encuentro entrampado. He estado demasiado tiempo aislado…¡je, je! esa es la primera justificación de la cual echo mano.

I feel good!, sería la frase resumen del día de hoy. Tengo ganas de participar. Siento que el ostracismo, cual periodo ayuno, va poco a poco cediendo espacio a la convivencia sana y desprejuiciada, tengo hambre de interrelacionarme con pares de verdad, no de ficción. Aunque para algunos suene muy infantil o adolescencial, lo cierto es cada día que pasa siento cada vez más poderoso el ánimo de transformarme y de dar vuelta la tuerca de una buena vez a todo lo que me aflige y coarta mi libertad. Cada vez siento más lejano mi propio e injustificado Ramadán…

La canción escogida para hoy se titula “Tajabone”, nombre de una fiesta que se celebra precisamente después del Ramadán, el mes de ayuno. Al término de aquel los niños musulmanes salen a la calle a pedir algo así como el aguinaldo o gratificación. También intercambian comida, bebidas, telas y… casi como una emulación del mundo al revés carnavalesco y occidental, los pequeños se visten de niña, y viceversa. En síntesis, Tajabone es la fiesta de regocijo por el término de un ciclo de austeridad. La interpretación de este tema corresponde a la del cantante senegalés Ismaël Lô y la traducción de aquella canción (que no es mía), escrita en wolof, lengua oficial senegalesa, es bastante complicada y la tomé de Internet en un foro que habla de la música de las películas de Almodóvar (esta en particular es parte integrante del film “Todo sobre mi madre”, una película estremecedoramente bella). Hasta la próxima.


Ismaël Lô – Tajabone

Ta.....tajabone de nuy tajabone
Ta.....tajabone de nuy tajabone
Abdu u iambaar gniari malaykala
Ch'awé étchiko daan si séroo
Muomu muhnilda degëm du lingaan
Muomu muhnila degëm woor nga-am
Ch'awé etchiko daanu si seroo
Muomu muhnida degem du lingaam
Muomu muhnida degem woor nga-am
Tajabone de nuy tajabone
Tajabone de nuy tajabone
Wou leij Wou leij
Wou leij Wou leij
Abdu jambaar gniari malaykala
chico woley juge daanu si sero
Muhnila degem du linga'n
Muhnila degem woor nga-am


Ismaël Lô – Tajabone (Traducida al español)

Tajabone nosotros vamos a Tajabone
Abdou Jabar es un ángel que viene de los cielos a tu alma
Él va a preguntarte si has orado
Él va a preguntarte si has ayunado
Él viene a tu alma
Él viene a tu alma a preguntar si has orado, si has ayunado
Y lo que suele pasar con todas las bellezas del mundo...
es que sencillamente, te dejas llevar,
aun sin entender nada de su mecanismo interno o los motivos
que han llevado a que sea lo que es.
La belleza y la bondad.
Y algo nos pasa en el corazón,, y cerramos los ojos.....
y escuchamos..
Tajabone.

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