domingo, 29 de julio de 2007

El jinete azul

(Wassily Kandinsky, “Proyecto con un jinete”, 1911)

A falta de equino… más bien en el “ciclista azul” es lo que me he convertido haciendo directa alusión a mi vestimenta (un buzo, gorro y bufanda de ese color que hacía años no usaba). Así, de modo azulado casi a diario (matinal o vespertinamente) salgo a recorrer montado en la verde “bike” de mi hermano el mismo camino, la misma cantidad de kilómetros, a hacer la misma contemplación estética del paisaje. A pesar de lo rutinario que pudiese ser, esta aparente monotonía no me cansa ni me aburre, quizás porque cada jornada es distinta a la otra sobre todo por lo voluble que ha estado el tiempo y mi ánimo… en fin, estas salidas me hacen sentir muy despierto y vivo, por otro lado también me provocan cierto aletargamiento o contención en el pensar.

A veces, en la trayectoria de los veinte kilómetros que realizo me topo con otros “jinetes” que yendo camino a sus trabajos o que viniendo de vuelta de ellos, me miran directamente a los ojos como queriendo escudriñar en la naturaleza del tipo que se arropa en color tan poco estrambótico. También doy mis miradas pero no descubro nada más allá de una campesina y ladina curiosidad. A veces, en los descansos, casi siempre el la cima de algunos de los cinco puentes (y una pasarela peatonal) que existen entre los kilómetros 28 y 39 de dicha autopista, encuentro al atardecer personas solas que esperan la caída del sol o sencillamente la llegada de la noche. A veces, ocurre que se detienen automóviles... pero es solo par hacer las mismas preguntas de siempre: "que hacia dónde está cual o tal lugar, que cuál es la próxima salida de la autopista". En fin, reconozco que no es lo que tengo como espectativa dentro de mi imaginario "gay iluso" (quisiera que alguien me reconociera o intentara hacerlo, y sin más me abordara con algún pretexto más insinuante... pero eso francamente es imposible. El último fin de semana largo recuerdo que se estacionó en la berma del camino un vehículo azul, sí, uno muy parecido al del tipo "angeleyes" del cual idealistamente me encanté... y como al susodicho le fascinaba darse sus arrancadas al litoral costero, por un segundo creí que era él... nada, cuando y estaba a punto de acercarme, arrancó el motor y se fué.) A veces, en los caminos de servidumbre de los muchos proyectos de parcelación existentes a la orilla del camino, me encuentro con guardias de seguridad, y ya al anochecer, con vehículos de patrullaje policial. De sopetón se me acaba el encanto y mejor arranco cachete, pues la paranoia del cumplimiento del deber de los uniformados activos y en retiro, a veces es más peligrosa que los vehículos y camiones de alto tonelaje que transitan a mi lado, y para serles franco prefiero convertirme en “animita”, que morir en manos de un lunático que sospecha que todo el mundo es delincuente.


Ya al amparo del sosiego de esta noche, pienso en la frialdad del azul y en el jinete que lleva ese color, o sea en “Der Blaue Reiter” en idioma germano que también corresponde en la historia del arte a un estadio del movimiento expresionista que se gestó en Alemania a inicios del siglo pasado en manos de artistas como Franz Marc, el ruso Wassily Kandinsky (quien es el autor de esta obra plástica publicada en 1911 como un estudio para el almanaque del mismo nombre), el suizo Paul Klee, August Macke y Gabriel Münter, entre otros.

Dentro de este movimiento expresionista, la etapa plástica de “El Jinete Azul” fue más exquisita, subjetiva y espiritual que su predecesora, “Die Brücke” (“El Puente”, que mostraba a través de la paleta estridente los oscuros deseos que laten en el fondo de los seres humanos, la desnudez de las almas). En “El Jinete Azul” se deja a manos del espectador, la captación del sentido y el significado de la obra. El artista tan solo moldea o da forma a la emotividad en un cuadro, este por sí solo evoca los sentimientos en quien lo observa.

Uff, parece relleno cultural, pero no es así. Lo que ocurre es que repentinamente me puse a pensar, a propósito de mis salidas terreno, cuántos jinetes habrá en las pistas y caminos de la vida queriendo contradictoriamente huir de sí mismos, e intentando desesperadamente coincidir con otros. Esta antinomia moderna de acentuación o deformación de la realidad es la que pretendieron poner en evidencia los artistas “expresionistas” de principios del siglo XX. Por eso la remembranza que me vino a propósito de caminos, puentes y jinetes. No quiero terminar siendo otro más en la masa de seres inquietantes que tratan de huir de otra masa conformada por personas desprovistas de color. Creo que es mejor hacer un receso al lado del camino. Hasta la próxima.


Al lado del camino - Fito Páez

Me gusta estar a un lado del camino
fumando el humo mientras todo pasa
me gusta abrir los ojos y estar vivo
tener que vérmelas con la resaca
entonces navegar se hace preciso
en barcos que se estrellen en la nada
vivir atormentado de sentido
creo que ésta, sí, es la parte mas pesada

En tiempos donde nadie escucha a nadie
en tiempos donde todos contra todos
en tiempos egoístas y mezquinos
en tiempos donde siempre estamos solos
habrá que declararse incompetente
en todas las materias de mercado
habrá que declararse un inocente
o habrá que ser abyecto y desalmado
yo ya no pertenezco a ningún ismo
me considero vivo y enterrado
yo puse las canciones en tu walkman
el tiempo a mi me puso en otro lado
tendré que hacer lo que es y no debido
tendré que hacer el bien y hacer el daño
no olvides que el perdón es lo divino
y errar a veces suele ser humano

No es bueno hacerse de enemigos
que no estén a la altura del conflicto
que piensan que hacen una guerra
y se hacen pis encima como chicos
que rondan por siniestros ministerios
haciendo la parodia del artista
que todo lo que brilla en este mundo
tan sólo les da caspa y les da envidia
yo era un pibe triste y encantado
de Beatles, caña Legui y maravillas
los libros, las canciones y los pianos
el cine, las traiciones, los enigmas
mi padre, la cerveza, las pastillas, los misterios, el whisky malo
los óleos, el amor, los escenarios
el hambre, el frío, el crimen, el dinero y mis 10 tías
me hicieron este hombre enreverado

Si alguna vez me cruzas por la calle
regálame tu beso y no te aflijas
si ves que estoy pensando en otra cosa
no es nada malo, es que pasó una brisa
la brisa de la muerte enamorada
que ronda como un ángel asesino
mas no te asustes siempre se me pasa
es solo la intuición de mi destino

Me gusta estar a un lado del camino
fumando el humo mientras todo pasa
me gusta regresarme del olvido
para acordarme en sueños de mi casa
del chico que jugaba a la pelota
del 49585
nadie nos prometió un jardín de rosas
hablamos del peligro de estar vivo
no vine a divertir a tu familia
mientras el mundo se cae a pedazos
me gusta estar al lado del camino
me gusta sentirte a mi lado
me gusta estar al lado del camino
dormirte cada noche entre mis brazos
al lado del camino
al lado del camino
al lado del camino
es mas entretenido y más barato
al lado del camino
al lado del camino.


1 comentario:

Cain dijo...

hola como estas
me ha encantado tu blog

visitare a menudo por aka

ahi vas a mi ffblog

saludos mil
caincamus

http://www.caincamus.blogspot.com